miércoles, 26 de octubre de 2011

Viviendo por la Palabra.

"Porque: Toda carne es como hierba, Y toda la gloria del hombre como flor de la hierba. La hierba se seca, y la flor se cae; Mas la palabra del Señor permanece para siempre.Y esta es la palabra que por el evangelio os ha sido anunciada" 1 de Pedro 1:24-25

El contexto de esta cita es una invitación de parte de Dios para vivir una vida santa, continuamente, en todo lo que hacemos, en todo lo que vemos, en todo lo que escuchamos, porque ya hemos sido rescatados de una vana manera de vivir por aquel que siendo perfecto y santo en todo, dio su vida en pago de nuestros pecados, NO para que nosotros nos gocemos en pecar y tomemos la gracia del Señor como escusa para errar, sino para vivir una vida Santa!!.... ¿Si fuera imposible vivir una vida santa, el Señor nos lo hubiera pedido?.... Ahora, la posibilidad de vivir una vida santa es solo y únicamente en Cristo, separados para Dios en Él, así que por nuestras propias fuerzas y naturaleza sería imposible vivir santamente, pero si el que vive en nosotros es Cristo por medio de su Santo Espíritu, la naturaleza santa de él nos da la fuerza para cada día crecer y vivir en santidad.

El verso anterior a la cita puesta al inicio de este post, es: "siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre." 1 Pedro 1:23, Esto si hemos nacido de nuevo, habiendo sido purificados al obedecer a la verdad (Que Cristo es Dios y Rey, nuestro Salvador, que su sangre quita los pecados y nos ha redimido para presentarnos santos y sin mancha delante del Padre; que él murió por amor a nosotros cargando sobre si todo peso y maldición, pecado y dolor, pero resucito y vive por los siglos, por lo cual, arrepentíos de vuestros pecados, acepten a Cristo como Señor y Salvador de sus vidas, sean bautizados por el poder de su amor en su Santo Espíritu, y sean libres de esta perversa generación, porque Cristo vuelve pronto a juzgar a los vivos y a los muertos, pero para quienes han nacido de nuevo y están y son de Cristo no hay ninguna condenación); por lo cual podemos decir que si en verdad decimos decir ser "cristianos" vivimos por la Palabra de Dios, que nos dio nueva vida, esto es Cristo (Juan 1), y si Cristo vive en nosotros, entonces la Palabra de Dios vive en nosotros, y damos frutos dignos de arrepentimiento (Mateo 3), por nuestros frutos nos conocen, y el amor divino de nuestro Señor es nuestro motor, nuestra esencia, amamos a nuestro prójimo como Cristo nos amó, pero no amamos al mundo ni deseamos su amistad, por amor obedecemos al Señor y su ley permanece en nosotros, no llamamos bueno a lo malo, ni malo a lo bueno, y comprendemos que la luz no tienen comunión con las tinieblas, sino donde llega luz las tinieblas desaparecen, y donde está el Espíritu de Dios allí hay libertad (NO libertinaje).


Amados, no estemos sujetos a la gloria del hombre, que es pasajera, como la hierba del campo que se seca, o la flor que se cae, sino estando renacidos por la Palabra de Dios que permanece para siempre, permanezcamos en Cristo (Viviendo en la Palabra), entonces como dice la Palabra de Dios, no moriremos, sino que viviremos para siempre, porque ya hemos pasado de muerte a vida, y vida en abundancia por la gracia y misericordia del Señor, aun aunque nuestros cuerpos "duerman" en los sepulcros la voz del Señor oiremos y despertaremos; más quienes en esta vida caminan y viven sin Cristo, caminan muertos creyendo que están vivos, y cuando el Señor juzgue, vendrá para estos la segunda muerte, la cual es condenación de tormento por los siglos de los siglos. 

*********************************/////////////////////////////////////******************************

Y si hubieres pecado, abogado tenemos para con el Padre a Jesucristo el Justo (1 de Juan 2:1), aun podemos tener flaquezas y debilidades, aun no somos perfectos, pero cada día debe ser mejor, sabiendo que el Señor se manifiesta con fortaleza en nuestras debilidades, tenemos una carrera por delante, no dejemos de correr hasta llegar a la meta, aunque en el recorrido nos caigamos y raspemos más de una vez, no te quedes postrado, pues Cristo ya venció y él te da fuerza para continuar, si has sido infiel a él (Pide perdón, y aparta tu pie del mal), él igual permanece fiel y sus misericordias son nuevas cada mañana, y recuerda;  Elías era hombre sujeto a pasiones semejantes a las nuestras, y oró fervientemente para que no lloviese, y no llovió sobre la tierra por tres años y seis meses. Y otra vez oró, y el cielo dio lluvia, y la tierra produjo su fruto (Santiago 5:17-18), entonces no pares ni dejes de orar, y de anhelar cada día más esa lluvia de bendición, de la santa unción del Espíritu de Dios, que sobreabundando en nosotros, nos dará la fuerza para permanecer firmes y dar los buenos y bellos frutos que el Señor quiere que demos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario